Para sembrar y crear un año expansivo es preciso tener el terreno preparado, el terreno físico (cuerpo), la mente y el espíritu.
El cuerpo físico, es nuestro vehículo de manifestación y de cocreación en este plano; para crear, y materializar requerimos que el cuerpo también esté dispuesto y sintonizado con la energía creadora.